sábado, 27 de agosto de 2011

Freddy Fernández, “El Pichi”


 Estuve recordando con Teresa, la ex periodista que vive en este Hogar, algunas cosas de nuestras juventudes. Y entre muchas, hablamos del primer amor. Confieso que me fue muy difícil recordarlo. Pero lo que sí recordé de inmediato fue la telenovela “El Primer Amor” producida en 1973 en Televisa. Yo no trabajé en esa telenovela, estaba en diferentes producciones de programas unitarios de asistente, microfonista o lo que cayera, pero tenía algunos amigos actores en ella. Estaba Octavio Galindo, Arsenio Campos, Juan Ferrara, (hijo de Ofelia Guilmáin) la talentosa Diana Bracho, la hermosa, por dentro y por fuera, Nadia Milton y, entre otros, Freddy Fernández, “El Pichi”. A este último allí lo conocí y nos caímos bien de inmediato. Algunos días después yo me cambié de departamento a uno que está en la calle La Morena de la colonia Narvarte. Fue un domingo como a las doce del día, cuando me encontré al Pichi en el camellón de la misma calle, bajo una palmera, sentado y fumando. Lo saludé con la mano y me pidió en señas que fuera con él. Me acerqué y pude oler el inconfundible aroma de la marihuana. Me ofreció fumar y me negué mirando a los lados, temeroso de alguna patrulla. Él lo notó
y me dijo:
-No te preocupes, no nos hacen nada.
-¿Cómo que no?-respondí asustado.
-No, -dijo- ya me han dicho los policías que no hay problema conmigo. Y echó a reír de manera contagiosa.
Yo no podía creerlo, así que me explicó.
-Creen que soy hermano de Jaime Fernández. Solo me dicen que “nomás no sea tan descarado”.
Cabe aclarar que en esa época, Jaime Fernández (†) era Secretario General de la Asociación Nacional de Actores y Diputado Federal.

“El Pichi”
Alfredo Jesús Fernández Sáenz, Freddy Fernández "El Pichi", nació en la ciudad de México el 16 de enero de 1934, el mismo año en que se creó la Asociación Nacional de Actores, y murió en la Ciudad de México a la edad de 61 años. Hijo único de Alfredo Fernández y Elisa Sáenz Rojas. Ingresa a la compañía de Teatro infantil de Bellas Artes bajo la dirección de Clementina Otero. Se inició como Actor en el año de 1943 en la Película "Morenita Mía" a lado de su querida compañera de trabajo, "Chachita". El sobrenombre de "El Pichi" se lo dio el productor Luis Manrique para la cinta “Callejera” de 1949.
Participa en las cuatro películas de “Chucho el Roto" en el papel de “La Changa”.
Desde la película “Ustedes los Ricos”, se convierte en la pareja sentimental, en la pantalla grande, de Evita Muñoz "Chachita", participando juntos en doce filmes y en la serie de televisión “Nosotros los Gómez”.
Recibió la medalla Virginia Fábregas que otorga la ANDA por 25 años de carrera artística, y fue nominado tres veces a “El Ariel”, máxima presea en cine en esos tiempos.
En el año de 1993 filmó su última Película "La Negra Tomasa" completando un total de 97 películas, entre ellas "Nosotros los Pobres" y "Ustedes los Ricos". También estelarizó 9 series para la televisión y una de las más recordadas es "Nosotros los Gómez". Tuvo tres nominaciones a mejor actor en las películas "La Ciudad de los Niños", "Con Quién Andan Nuestras Hijas" y "Pepe el Toro". Los jóvenes todavía lo recuerdan por la serie televisiva, “Nosotros los Gómez” con su compañera inseparable “Chachita”.
Fallece el 10 de mayo de 1995, a causa de los estragos del cáncer de esófago, en la Ciudad de México, a los 61 años. Sus restos descansan en Cozumel, Quintana Roo donde vive su hijo Alfredo Fernández ("El Pato") y sus nietos Sofía Andrea y Anthony.

Pasaron varios años antes de volver a ver al Pichi. Todos estábamos en lo nuestro buscando la chamba. Así es éste medio “hambrístico”(artístico) nacional. En una ocasión en que yo estaba como asistente de producción en Imevisión, ahora TV Azteca, el productor me pidió que le llevara a Freddy, el libreto de un teleteatro en el que participaría. Lo llamé, se acordó de mí de inmediato y contra mi deseo de llevarle el libreto al día siguiente temprano, me citó, sí al día siguiente, pero a las seis de la tarde. Él vivía en un cómodo departamento de la colonia Nápoles, una zona de prestigio en la ciudad de México. Freddy me recibió en la puerta de su apartamento, me invitó a pasar y después de presentarme con su esposa, me invitó a pasar a la cocina. Entramos y descubrí dos cervezas recién abiertas y de aspecto helado-delicioso y nos sentamos a platicar. Ahí supe que la hora de la cita, era para que yo ya no tuviera que regresar a los estudios y poder beber y botanear a gusto. Plan con maña. Así era el buen amigo Freddy Fernández.
Yo sabía que el Pichi vivía solamente con su esposa, por lo que me extrañó que tuviera dos refrigeradores en la cocina. En un momento determinado le pregunté el porqué de dos refrigeradores viviendo solamente dos personas, entonces se levantó, abrió un refrigerador y dijo: “Este es el refrigerador de mi mueble y mío”. (A su esposa le decía de cariño “mi mueble”) Y puede ver que tenía el contenido normal de un refrigerador casero. Entonces lo cerró y abriendo el otro me dijo: “Este es solamente mío”. El segundo estaba lleno exclusivamente de cervezas. (Qué envidia aquella)
Dos días después se grabó el teleteatro. Yo estaba en el estudio, cuando me avisó el buen Rafael Estrada, que atendía a los actores, que ya había llegado a su llamado Freddy, para ponerlo al tanto del orden de grabación.
Cuando entré a su camerino, noté de inmediato que llevaba una gran mochila de equipaje además de un portafolio grande y un porta trajes con algo de ropa adentro. Le pregunté que para qué quería tanta ropa si nada más utilizaría un traje para sus 4 escenas, que se supone transcurrían en un mismo día en el tiempo de la historia que se grababa. Entonces Freddy abrió la mochila y dentro pude ver una hielera con una docena de botellas de cerveza entre hielo. “Para la hora del amigo”, dijo. Típico de Freddy. En aquellas épocas, no se trabajaba tan estrictamente como ahora. “La hora del amigo”, se hacía tanto en Televisa como en TV Azteca. No había tanta hipocresía y menos “chivatos” (chismosos) que estuvieran vigilando un supuesto orden. Se trabajaba con gusto, con placer, no por hambre y con miedo de ser vetado.
Tiempos…

Chachita”
Eva Muñoz Ruiz nació el 26 de noviembre de 1936 en Orizaba, Veracruz, México. Hija de Francisco Muñoz y Ernestina Ruiz. Debutó como actriz en el cine antes de cumplir cuatro años de edad en la película “El secreto del sacerdote”  (1940). En su segunda película, “¡Ay Jalisco, no te rajes!” (1941) con Gloria Marín y Jorge Negrete es bautizada con el apodo de “Chachita”. Al protagonizar la película “Morenita clara”, interpretando a una gitanilla cantaora, se convirtió en la gran estrella infantil del cine mexicano. Para promover su película “La hija del payaso”, en la que actuaba al lado de elefantes y perros entrenados, aprendió a tocar la marimba y el botellófono. Hizo presentaciones personales en el Circo Atayde cuando apenas tenía 8 años de edad y realizó giras promocionales en Cuba, Centro y Sudamérica. Ya en su adolescencia estelarizó las películas más taquilleras de la lejana Época de Oro del Cine Mexicano, donde compartió créditos con el inolvidable Pedro Infante en la trilogía: “Nosotros los pobres”, “Ustedes los ricos” y “Pepe el toro”. En su modalidad de intérprete de mambo e imitadora hizo presentaciones en las Islas Filipinas, Japón y Corea del Sur. Su talento la llevó a la televisión donde se inició como animadora en el programa de concursos “¡Hitazo!” y más adelante en “¡Acción!”; además fue pionera de las telenovelas trabajando en “Gutierritos” en 1958 y muchas series cómico-musicales. También participó como actriz de comedias teatrales clásicas, contemporáneas y musicales, siendo su debut en “Za-zá” en el 1942. Se casó el 14 de febrero de 1958 con Hugo Macías Macotela con quien procreó tres hijos: Eva Martha, Hugo y Mauricio. Hasta ahora ha trabajado en alrededor de 60 películas, 45 obras de teatro y 11 telenovelas.

INTERMEDIO JOCOSO
Una pareja de yucatecos ya entrada en años, decide pasar unas vacaciones en la Ciudad de México. En el aeropuerto de Mérida, Yucatán, en la sala de espera, miraban la pista de aterrizaje y el movimiento de aeronaves. Entonces aterriza el avión que los ha de llevar a su viaje. “La vieja” pregunta: “¿Oye viejo, en ese pájaro nos vamos a ir?
-“Sí, vieja” -contestó el viejo.
-Mare –dice la vieja- está grandísimo. ¿Cuántos cabemos allá adentro?
El viejo haciéndose el interesante le contesta:
-Como doscientas personas.
La vieja sorprendida piensa y pregunta:
-¿Y vuela muy alto, viejo?
-Claro, vamos a ir sobre las nubes- contesta el viejo.
La vieja piensa un momento, de pronto se altera y pregunta asustada:
-Viejo, ¿¡Y si se cae!?
El viejo sin dejar su autosuficiencia le dice:
-¿Qué te importa, si no es tuyo…?

Pero no paró ahí la cosa. Les gustó tanto la capital, que decidieron comprar un departamento y pasar unas temporadas en México y otras en Mérida.

En el primer viaje que hicieron a Mérida después, juntaron a familiares y amigos para celebrar su compra de departamento. Un amigo le preguntó al “viejo”:
-Oye Wili, ¿dónde compraron el departamento?
-Sobre Calzada de Tlalpan- contestó.
-¿En Calzada de Tlalpan? -Preguntó extrañado su amigo, y repuso- Esa calle es muy ruidosa, es de las más grandes de México y siempre, día y noche, tiene tráfico y camiones y el metro… es muy escandalosa.
Y contesta el viejo:
-Eso le dije a la señorita que nos los lo vendió, que yo sabía que era muy ruidosa esa calle, que no íbamos a poder dormir. Pero ella muy amable me contestó: “En tres días se acostumbran”.
-Haa… muy bien – dice el amigo- ¿Y qué hicieron?
Y contestó con su acostumbrada seguridad el paisano:
-Nos fimos a dormir a un hotel esos tres días…

 Nunca vi a Freddy molesto, ni siquiera de mal humor. Sentí mucho su deceso porque hacía mucho tiempo que no sabía nada de él. Ni siquiera supe que estaba enfermo.
Los buenos se van primero. ¿Será cierto, aquello de que los malos nos quedamos más tiempo, porque tenemos que pagar por las cosas males que hicimos? Si es así, larga debe ser mi vida.

Estuvimos jugando naipes, conquián, para ser más exactos el martes por la tarde en el Hogar. Jugamos Tere, Don Cele, Mari, la madre que es a toda símil y ecónoma de la casa y el de la palabra escrita. Cuando pasaron a tomarnos la presión, cosa que ocurre con cierta regularidad en nuestro Hogar. De hecho hay varios residentes a los que les toman la presión a diario. Atrás de mí, en otra mesa, estaba Carlos el Flaco. Le tomaron la presión y al terminar la enfermera le dijo:
-“Está usted muy bien Don Carlos”
Y el Flaco contestó:
-“Sí, pero nada más de la cintura para arriba…”


Esta semana falleció Enrique Cáceres, ex integrante del más famoso de los tríos mexicanos “Los Panchos”.
El Trío Los Panchos se formó en la ciudad de Nueva York en 1944, donde los mexicanos Alfredo Bojalil Gil, mejor conocido como “El Güero Gil”, y José de Jesús Navarro Moreno, mejor conocido como “Chucho Navarro”, junto al puertorriqueño Herminio Avilés Negrón, de nombre artístico “Hernando Avilés”, decidieron unir sus talentos e innovar el género de los tríos cantando a tres voces y tres guitarras. Tiempo más tarde, Avilés y Navarro tocaban la guitarra y Gil el requinto. Se iniciaron en el ambiente artístico el 14 de mayo de 1944 al presentarse en el Hispanic Theatre de Nueva York interpretando música ranchera mexicana con gran éxito, mismo que pronto les llevó a grabar su primer disco para el sello Coda titulado “Mexicantos” con siete temas de música mexicana y el bolero “Hasta Mañana”, el mismo que les abrió las puertas hacia este género musical con el cual se les identifica en todo el mundo.

Enrique Cáceres: fue primera voz del trío de 1966 a 1971, nació un 2 de mayo de 1935. Cáceres también se destacó como compositor con temas como “Niñería”, ”Adulterio” y “Amigo cantinero”. Es de destacar que cuando Enrique Cáceres fue reemplazado por su sucesor Ovido Hernández, hubo una etapa de transición durante la cual el Trío Los Panchos alternó las dos primeras voces. Luego de su retiro definitivo continuó con su carrera como solista. 


Los originales Panchos y Enrique Cáceres como solista.

Les escribo…

Gracias Google y Wikipedia Biografías de Ayer de Luis Roberto.


Respetuosamente,

El abuelo Febo


xocdzib@yahoo.com

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